Se estima que el 12 por ciento de la población mundial sufre de estos dolores, que en la mayoría de los casos duran poco tiempo y desaparecen con analgésicos. Pero hay casos más severos, que a veces se relacionan con pacientes que pueden estar padeciendo una hemorragia cerebral, una infección aguda o un tumor. Por eso, la consulta médica es urgente.
De la nada viene un dolor punzante en la frente y en los ojos. Una especie de «tirón», que es la señal para Consuelo, contadora, 30 años, de que viene una migraña. En las peores ocasiones, hay náuseas y molestias con la luz del ambiente. Y así puede estar por horas. Está obligada a tomar medicamentos fuertes y caros que la ayudan, pero que no curarán esta afección.
Como ella, millones de personas en el mundo, se ven afectadas por distintos tipos de dolores de cabeza, con causas y síntomas que pueden variar. La Fundación para la Investigación sobre Migrañas, estima que aproximadamente el 12 por ciento de la población mundial sufre de este padecimiento.
Y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayor parte de las personas experimentará este cuadro alguna vez y en especial aquellos que duran poco tiempo, desaparecen con analgésicos y no son motivo de preocupación.
Pero si se presentan en forma repetida y son debilitantes podrían indicar algo más grave, que requiere consultar a un médico.
El doctor Carlos Silva Rosas, profesor encargado del postgrado en neurología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, señala que las migrañas denominadas primarias, son las más frecuentes y representan más del 90% de los dolores de cabeza. Habitualmente, se inician en la adolescencia o juventud. Son periódicas y el paciente está en perfectas condiciones entre las crisis.
En el episodio mismo, el enfermo presenta un dolor que puede ser unilateral o bilateral. Tiene una sensación pulsante y, en la medida que trascurren los minutos, se hace muy intensa. Suelen acompañarse de palidez, náuseas, vómitos, molestia a la luz (fotofobia), a los sonidos (fonofobia) y los olores (odorofobia).
Si la persona se acuesta en un cuarto oscuro y logra dormir, el dolor cede. Por lo tanto, pueden durar un par de horas. En ocasiones, antes del cuadro, puede haber un trastorno en la visión, en que se ven luces brillantes en zigzag, que incluso impiden leer. Este fenómeno denominado aura, dura unos 15 o 20 minutos.
Respecto a la cefalea tensional, el doctor Silva explica que no impide al paciente continuar con sus actividades. «Va aumentando durante el día y la describen como opresión, cintillo o un casco pesado. Tiene una clara relación con el estrés. Habitualmente, en períodos de descanso o vacaciones tienden a desaparecer».
Las otras cefaleas pueden ser secundarias o síntomas de diversas causas, como una hemorragia cerebral, un tumor, un estado infeccioso, como Covid 19, una meningitis, una sinusitis aguda, etc. En este grupo están las que deben ser consideradas con una potencial amenaza vital.
CUÁNDO CONSULTAR AL MÉDICO
De acuerdo con la Clasificación Internacional de las Cefaleas (ICHD, en inglés) se han descrito más de 150 tipos diferentes de dolor de cabeza, asociados por ejemplo a esfuerzo por un ejercicio físico intenso o también el hípnico, que es una condición rara que suele manifestarse por primera vez a los 50 años.
Generalmente, estos episodios se relacionan con estrés, alteración del sueño, cambios hormonales, omitir comidas, deshidratación y algunos medicamentos. Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o paracetamol, pueden aliviar el dolor de cabeza o acortar su duración.
Pero hay que preocuparse cuando se presentan las siguientes condiciones:
-Una cefalea de inicio súbito. El enfermo sabe con exactitud el momento en que se inició el dolor de cabeza. Muchas veces lo describe como explosivo. En esos casos, se debe consultar directamente en un servicio de urgencias, más aún si va acompañado de pérdida de fuerzas de una extremidad, dificultad para hablar, pérdida de conciencia, convulsiones o fiebre.
-Antecedente de un traumatismo de cráneo reciente.
-Dolor persistente, que aumenta con el paso de los días o se asocia a náuseas y/o vómitos. Además, si se acompaña de dificultad para mover un brazo y/o visión doble.
-Un paciente que ya tiene un diagnóstico de migraña, pero ésta cambia de patrón. Por ejemplo, un incremento en el número de crisis. Si antes tenía una crisis cada dos meses y se hacen semanales o aparecen otros síntomas.
-Migraña en el adulto mayor.
En las cafaleas secundarias lo esencial es buscar el origen. El especialista decidirá si amerita un tratamiento preventivo, para que las crisis se distancien y sean de menor intensidad. En otros casos, tratar el estrés u una depresión subyacente, manejo kinésico, etc.
TRATAMIENTOS
Para las crisis de migraña existen múltiples fármacos. El riesgo es que el paciente use ciertos medicamentos en forma diaria y comience a abusar de ellos.
El doctor Silva sostiene que, en la actualidad, se dispone de una tecnología diagnóstica cada vez más precisa. No obstante, el relato del paciente y el examen físico-neurológico es lo primero y esencial.
La mayor parte de las cefaleas son tratables con fármacos (apoyo psicológico para casos precisos), además de tranquilizar al enfermo que no tiene un padecimiento grave.
Particularmente para la migraña, hoy están disponibles tratamientos con los llamados anticuerpos monoclonales. Se colocan una vez al mes. Sin embargo, son costosos y están reservados para las los pacientes migrañosos severos.
Uno de los problemas con los medicamentos para los dolores de cabeza es que no son ciento por ciento efectivos en todos los pacientes. De hecho, un nuevo estudio realizado en la Clínica Mayo, en Estados Unidos, descubrió que existen ciertas variantes en seis genes que influirían en la reacción al tratamiento.
La investigación dirigida por el neurólogo Fred Cutrer, se basó en la suposición de que los siete tipos de medicamentos para prevenir las migrañas, que son química y terapéuticamente muy distintos, ejercen un efecto que estabiliza o compensa la causa biológica del ataque.
Los resultados permitirán desarrollar una prueba de biomarcador genético que guíe a los médicos a recetar el tratamiento profiláctico con mayor probabilidad de funcionar en un determinado paciente.
Por otra parte, también en Clínica Mayo, la neuróloga Juliana VanderPluym desarrolló un estudio sobre la terapia con los medicamentos opioides estableciendo que su efecto es bajo e insuficiente y no son adecuados como terapia aguda contra la migraña.
Se indica que los medicamentos triptanes, los AINE (antiinflamatorios no esteroideos, como aspirina, diclofenac, ibuprofeno y ketorolac) y una combinación de ambos aportan la mayor base de evidencia para el alivio a las dos horas, así como un día después de la aparición de los síntomas.
En tanto, la eficacia de dos tratamientos, que recientemente obtuvieron la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), el ubrogepant y el rimegepant, es entre moderada y fuerte, pero causa efectos secundarios leves. Otro tratamiento nuevo, el lasmiditán, también cuenta con fuerte evidencia, pero hubo una relación con un riesgo significativo para eventos adversos.
Asimismo, en el uso de dispositivos, la estimulación externa del nervio vago (en la parte lateral del cuello) y la neuromodulación eléctrica a distancia (sobre el brazo) mostraron evidencia moderada, mientras que la estimulación externa del nervio trigémino (sobre las cejas) y de la estimulación magnética transcraneana (sobre la parte posterior de la cabeza) aportaron menos evidencia.
La relevancia de estos datos radica en que los medicamentos opioides se vieron involucrados en más del 70 por ciento de las muertes por sobredosis durante el 2019, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en Estados Unidos.
Es más, los datos preliminares de los CDC muestran que aunque la tendencia parecía nivelarse o disminuir antes de la pandemia de la Covid 19, posiblemente fue en 2020 cuando se registraron más muertes por sobredosis en ese país.
CONSEJOS
Para evitar y/atender los dolores de cabeza, se recomienda:
- El estrés y la depresión requieren apoyo especializado. No es cuestión de decir “relájese”.
- Las caminatas o un ejercicio moderado son beneficiosos.
- Tratar de dormir las horas necesarias y procurar horas para el descanso, vida familiar y realizar otras actividades que no sean solo laborales.
- Particularmente, en esta pandemia, tratar de evitar una luminosidad muy intensa de la pantalla del PC, procurando períodos de descanso.
- Evitar ver televisión en un ambiente absolutamente oscuro, procurar tener encendida una luz incidental, como una lámpara de mesa.
- No “saltarse” comidas. Es fundamental mantener un horario regular. Además, beber líquidos.
- Ver si el inicio o cambio de un anticonceptivo hormonal genera dolores de cabeza o acentuación de estos, si ya los tenía.
- Evitar cigarrillo, alcohol o café, especialmente si hay una relación de estos con los dolores de cabeza.
- También hay ciertos alimentos, particulares para cada individuo, que deben evitarse en el caso de migrañas.