Más allá del Covid-19 y la influenza, podemos sentir molestias por un resfrío común o por alguna afección estomacal. ¿Qué tan curativos son ciertos alimentos para ayudarnos a recuperarnos? Aquí mitos y verdades.
Un plato caliente de sopa de pollo es una opción popular cuando nos sentimos mal. ¿Existe evidencia científica de que realmente un plato de sopa ayude en la curación? La respuesta corta es no; no hay ensayos clínicos que demuestren que la sopa de pollo acelera la curación más que otros alimentos. Pero al descomponer sus ingredientes, parece un remedio que vale la pena probar.
En primer lugar, la sopa es ligera y agradable para el estómago cuando no tenemos mucho apetito. En segundo lugar, proporciona líquidos y electrolitos para prevenir la deshidratación, que puede ocurrir fácilmente al tener fiebre. Por último, una receta tradicional de sopa de pollo aporta varios nutrientes que intervienen en el sistema inmunológico: proteínas y zinc del pollo, vitamina A de las zanahorias, vitamina C del apio y las cebollas y antioxidantes de las cebollas y las hierbas que se pueden agregar. Por ello, podemos decir que se trata de un alimento sabroso y relajante para incluir en la dieta cuando no nos sentimos bien. Y no necesita receta médica.
Alimentos para la inmunidad
Durante la temporada de gripe o en épocas de enfermedad, a menudo buscamos alimentos especiales o suplementos vitamínicos que se cree estimulan la inmunidad. La vitamina C y alimentos como frutas cítricas y té con miel son ejemplos populares. Sin embargo, el diseño de nuestro sistema inmunológico es complejo y está influenciado por un equilibrio ideal de muchos factores, no solo la dieta. Sin embargo, una dieta equilibrada que consista en una variedad de vitaminas y minerales, combinada con un estilo de vida saludable como dormir horas suficientes, ejercicio adecuado y evitar el estrés, nos ayudan de manera efectiva a combatir infecciones y enfermedades.