Por Jorge Gallardo, doctor y coordinador de Oncología de Clínica Indisa.
Según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, en Chile se registran cada año más de 5.100 casos nuevos de cáncer gástrico, lo que la ha convertido en una prioridad de salud pública. Además, esta patología constituye la primera causa de muerte por tumores malignos en ambos sexos, con cerca de 3.500 fallecimientos anuales.
Por ello, una adecuada orientación sobre esta enfermedad y sus síntomas es indispensable para su prevención, tratamiento y control.
El cáncer gástrico es un tumor maligno que proviene de las células de la mucosa, capa más interna de la pared del estómago, que a medida que crece va afectando las capas más externas del órgano, muscular y serosa.
Tipos de cáncer
Cabe destacar que la aparición de un tumor maligno en el estómago puede deberse a distintos factores. Así, el cáncer del antro del estómago está asociado a infección por la bacteria H. Pylori; alto consumo de sal, alimentos ahumados y salados, así como una baja en el consumo de frutas y verduras, tabaquismo y a situación de pobreza. En este caso, predomina un tipo histológico llamado intestinal, porque el tejido tumoral forma glándulas semejantes a las intestinales. Sin embargo, esta variante ha disminuido en el mundo.
En el cáncer gástrico del fundus, las variantes histológicas que predominan son del “tipo difuso”. Se asocia con obesidad y alguna enfermedad por reflujo gastroesofágico y es más frecuente en grupos sociales de ingresos altos. Esta variante ha aumentado en el mundo.
Recientemente, se ha descrito un tercer grupo, el cáncer del cuerpo y de la parte baja del estómago. Este ha ido aumentando entre algunos estadounidenses menores de 50 años y es más frecuente entre los blancos no-hispanos, particularmente entre las mujeres.
Cabe destacar que todas estas variantes se mezclan entre sí y su diferenciación tiene pocas consecuencias prácticas. También es muy importante tomar en cuenta los antecedentes familiares.
Síntomas y tratamientos
Se debe tener en consideración que el cáncer gástrico, en su etapa inicial, se cataloga como silencioso, es decir, es muy difícil detectarlo a tiempo, ya que no causa síntomas tan específicos. A pesar de ello, cuando se comienzan a presentar síntomas, se debe poner atención a si perduran en el tiempo y si son consistentes, para acudir a un centro asistencial.
Entre los síntomas se encuentran indigestión o acidez estomacal, dolores o molestias en el abdomen, náuseas y vómitos, diarrea o estreñimiento. Otro síntoma común es la hinchazón del estómago después de las comidas y la pérdida de apetito. Nunca se deben utilizar los antiácidos sin haber descartado previamente si existe o no un cáncer gástrico. Para ello, es fundamental hacer la endoscopía.
Los tratamientos van desde cirugías hasta quimioterapias o distintos tipos de terapias. Sin embargo, las opciones que se escojan dependen de varios factores, como la preferencia del paciente y su estado de salud general. En la mayoría de los casos, se trata de combinar distintos tratamientos.
Para los pacientes que tienen cáncer potencialmente resecables quirúrgicamente, la terapia combinada, esquema denominado FLOT4, comienza con quimioterapia y luego cirugía, más que duplica las tasas de curación en comparación con solo cirugía.
Por su parte, el uso de inmunoterapia en cáncer gástrico con metástasis ha significado un nuevo avance. En los denominados cánceres de la unión gástrica-esofágica, después de haber comenzado con radio-quimioterapia, seguir con cirugía y finalmente agregar el fármaco nivolumab, las tasas de curación casi se duplicaron, un avance que no habíamos observado en décadas.
También en cáncer de páncreas, la utilización de quimioterapia antes de la operación permite una cirugía más segura y mejora las tasas de curación. En el año 2000, las tasas de curación eran apenas de un 8 por ciento, hoy podemos acercarnos al 50 por ciento.
En cáncer hepatocelular, una variedad de cáncer de hígado, en el pasado no había forma de prolongar la vida de los pacientes, porque es altamente resistente a las quimioterapias. Sin embargo, hoy existen nuevas posibilidades, entre ellas, la recientemente aprobada combinación de inmunoterapia más bevacizumab, que mejora las tasas de sobrevida. También nivolumab en segunda línea y cabozantinib tienen roles importantes.
Por último, en el cáncer de recto, el uso de una nueva combinación de radioterapia rápida junto con quimioterapia y posteriormente cirugía, está cambiando los paradigmas y mejorando las tasas de curación.
Prevención
Para un diagnóstico precoz, toda persona que tenga dolores en la parte alta del abdomen o «boca del estómago», se debe realizar endoscopias y en ningún caso asumir que es solo una gastritis o una úlcera. Los síntomas pueden ser idénticos y si no se hace este examen, el diagnóstico puede tardar meses, perdiéndose la oportunidad de curación.
Existen ciertas pautas que pueden ayudar a prevenir la aparición del cáncer digestivo. Es importante mantener un peso saludable, seguir una dieta con mucha fruta y verdura y reducir los alimentos que contienen altos niveles de sal. También es importante limitar el tabaco y si se tienen antecedentes familiares estar en constante control médico.
Por otro lado, se recomienda realizar un Screening o Tamizaje en cáncer gástrico. En Japón y países de Europa, a toda persona mayor de 50 años se le aconseja realizar regularmente una endoscopia digestiva alta, aunque no tenga ningún síntoma, de manera similar a como hacemos la mamografía en personas sanas, así se puede detectar el cáncer anticipadamente.