Por Víctor Rubio, ginecólogo de Clínica Indisa.
Las futuras madres suelen leer y escuchar mucha información sobre el parto, ya sea de su entorno familiar, social o de trabajo, o por búsqueda propia, muchas veces no pueden distinguir qué es verdad y qué no, generando miedo e incertidumbre. Por eso, atención a los mitos más comunes.
-Las embarazadas que rompen membranas deben ir de inmediato a la clínica, pues su hijo está por nacer.
Cuando esto ocurre, no significa necesariamente que el parto será en minutos. No obstante, hay que tomar este hecho como algo importante, ya que las futuras madres que rompen las membranas, también conocidas como la fuente, deben trasladarse a la clínica para monitorizar al bebé y controlar su bienestar.En determinados casos, puede existir la necesidad de inducir el parto u hospitalizar, si es un embarazo de pretérmino para evaluar el estado de la mujer y de su hijo. Luego de esto, se ve si es necesario tomar las medidas preventivas de manejo ante un posible parto prematuro.
-La episiotomía que se hace durante el parto genera incomodidad con el tiempo.
Es una incisión quirúrgica en la zona del periné, que busca ampliar el canal de parto y se realiza cuando, por indicación médica, se considera necesaria. No es una intervención de rutina. Si ésta sutura bien luego del parto, no debería molestar con el tiempo, por lo que si siente algo fuera de lo común, se recomienda consultar al ginecólogo.
-Las mujeres de caderas chicas no son buenas candidatas para tener un parto natural.
La altura o talla de las madres no es un parámetro para el tipo de nacimiento. Estas pacientes pueden tener un parto vaginal, si el bebé no es muy grande y si existe una buena proporción entre el tamaño fetal y la pelvis femenina.Si es cesárea, el médico tratante hará la recomendación, siempre pensando en lo que es mejor para la mamá y su bebé.
-Durante el parto, los dolores son constantes e insoportables.
Todas las madres viven su embarazo y parto de manera distinta, por lo que a algunas les puede doler más y a otras menos. Sin embargo, durante el parto, los dolores no son constantes, pues las contracciones son un fenómeno episódico y se pueden manejar con anestesia de conducción, siempre que la paciente lo solicite.
-Se sienten eternos los minutos desde que comienza el trabajo de parto o desde que se entra al pabellón hasta que el bebé nace.
Cuando llega este momento, si la espera se hace extensa o no, es parte de la percepción de la madre y de su familia. Sin embargo, los nacimientos, tanto por parto vía vaginal como por cesárea, tienen un tiempo promedio.En el caso del parto por canal vaginal, pueden transcurrir varias horas, dependiendo de la dilatación que la paciente tenga al ingreso y de la paridad (número de hijos previos). Nuevamente, hay que considerar que todos los partos son distintos.En cuanto a las cesáreas, desde el momento en que la paciente ingresa al pabellón hasta el nacimiento no transcurren más de 20 minutos en promedio.
-La epidural es una anestesia muy peligrosa, pues si es mal colocada puede tener graves consecuencias.
La anestesia epidural es un procedimiento muy seguro y útil en la conducción del trabajo de parto. Siempre es administrada por un médico especialista, asegurando que se entregue el mejor cuidado a la mujer y que se cautele su salud de manera integral.
-En ocasiones, la anestesia da mucho sueño y se siente un cansancio tremendo.
El sueño que la paciente siente posanestesia puede deberse a la sensación de calma y relajación que esta produce después de un momento de tensión por el dolor. Asimismo, si la mamá tiene ganas de descansar después de un trabajo de parto o cesárea, es normal.
-Si al momento de nacer el bebé no llora es porque está ahogado.
Hoy, el llanto no es el único indicador del bienestar al nacer. Si el bebé no llora, puede significar que ha nacido sin mayor estrés.De todas maneras, en el momento del parto estará presente todo el equipo médico, el cual podrá ver que el recién nacido no esté ahogado y si ocurre alguna anomalía tratarla de manera rápida.
-Previo al parto, se debe hacer un enema para evitar que el recto esté ocupado por materia fecal y que, al pujar, la mujer no tenga la necesidad de evacuar.
Un enema es un lavado intestinal que busca vaciar el contenido del recto. Hace muchos años era una práctica común cuando llegaba el momento del parto. Sin embargo, hoy se realiza de manera excepcional y en casos selectivos.
-Se debe rasurar el vello púbico antes de que la mujer entre en trabajo de parto.
El rasurado del vello pubiano en el parto vaginal es un procedimiento en desuso en la maternidad actual. Sí puede ser necesaria una tricotomía, que es el corte del vello en la zona de la incisión, pero no el rasurado. Esto se debe a que en el proceso se pueden generar algunas heridas en la piel de la futura mamá, las que pueden ser puntos de entrada para gérmenes, lo que podría causar una infección.