Vitrina

Aún en la búsqueda de la cura para el Sida

 

Los nuevos estudios investigan maneras diferentes de administrar los medicamentos, como a través de inyecciones durante varios meses o, quizás algún día, hasta con un mecanismo implantable.

Más de 32 millones de personas han muerto en todo el mundo debido al Sida y otros 38 millones conviven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), según informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

El primer informe que describió la neumonía por pneumocystis fue hace cuarenta años y hoy la epidemia ha dado una visión profunda del efecto social, científico, médico y socioeconómico sobre comunidades y países.

El VIH es una infección de transmisión sexual que se contagia a través del contacto con sangre, semen o líquidos vaginales infectados. El virus también puede transmitirse por compartir agujas y jeringas para inyección de fármacos, así como de madre a hijo, aunque es menos frecuente.

Stacey Rizza, doctora de enfermedades infecciosas e investigadora sobre el VIH de la Clínica Mayo de Estados Unidos,  explica  que en los últimos 20 años se ha pasado de la administración de varios medicamentos con muchos efectos secundarios a una sola pastilla diaria que se tolera bastante bien y suprime por completo al virus, pero no lo elimina.

Los nuevos estudios investigan maneras diferentes de administrar los medicamentos, como a través de inyecciones durante varios meses o, quizás algún día, hasta con un mecanismo implantable que administre el medicamento para que la gente no tenga que tomar una pastilla diaria.  

La dificultad para curar el VIH radica en que una vez que el virus infecta el cuerpo se integra al genoma del huésped en varios tipos de células. Luego, esas células se esconden en cualquier tejido linfoide, como los ganglios linfáticos, el hígado y el bazo. Permanecen allí, en lo que se conoce como estado latente o escondido, siempre y cuando la persona reciba la terapia contra la enfermedad.

Cada vez que el virus sale de una célula, la terapia contra el VIH se encarga de él, pero si la persona infectada suspende el tratamiento, el virus latente vuelve a atacar. Para curar el VIH, hay que eliminar esos virus escondidos en las células o reservorio viral, que es el término médico.  

Una de las maneras más investigadas es lo que se conoce como «provocar un estado de choque y eliminar», que consiste básicamente en administrar medicamentos que primero despiertan al virus de su estado de latencia y luego encuentran maneras de volver susceptibles a la muerte a las células que lo contienen. Cuando el virus se despierta y la célula ya es susceptible a morir, se elimina a sí misma, pero no mata a otras células del cuerpo.

Si esto se lograra con medicamentos orales en lugar de terapias elaboradas, como la terapia genética o el trasplante de médula ósea, se lo podría llevar a todo el mundo. En ello se encuentran los estudios actualmente.

Ha sido muy difícil desarrollar una vacuna contra el VIH, porque en su caso, la sola producción de anticuerpos contra el virus no es suficiente para prevenir la infección, sino que se necesita ingeniería sofisticada para inducir efectos en las células T.  

Aún es preciso reducir la cantidad de personas infectadas a través de buenas medidas de salud pública y educación adecuada para detener la epidemia del VIH.