“Por salud mental dejé mis 17 años de trabajo como ingeniera en la industria metalúrgica, para dedicarme a lo que hoy me hace feliz y me permite estar con mis hijos. Vivo los beneficios de la lanaterapia y a través de mi venta de insumos o productos terminados trato de entregar a mis clientas la motivación para emprender y desarrollarse en técnicas de vellón agujado, fieltro húmedo y tejido XXL”, cuenta Leslee Bucarey expositora en el Festival de la Lana 2021.

Pamela Muñoz tiene una historia similar. Luego de trabajar por varios años como chef profesional, tuvo que hacer reposo por estrés laboral. “Mi hermana me regaló un ovillo y un crochet, y de la nada comencé a hacer puntos como si lo hubiera hecho toda la vida. Me di cuenta que tenía un talento no explotado. Ese mes, aprendí todo lo que pude respecto al crochet. Volví al trabajo y solo duré 2 días, el tejido ya me había atrapado. Renuncié y decidí dedicarme de lleno a esto. Han pasado 10 años y solo sé que me hubiera encantado aprender desde pequeña. Mi bisabuela ,de descendencia diaguita, sabía mucho de tejido ancestral, pero no alcancé a conocerla. Espero heredar su legado”.

Como Leslee y Pamela, más de cincuenta artesanos están reunidos en la IX versión de El Festival de la Lana, entregando sus saberes y productos.

Las ocho versiones que ya tiene el evento demostraron el valor que hay tras esta fibra llena de historia y tradición. El año pasado como consecuencia de la pandemia del Coronavirus no se pudo realizar el evento. Sin embargo para 2021 —gracias al financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes— ya está en marcha y tiene una modalidad online llena de talleres, charlas y oportunidades para los artesanos emprendedores de Chile y otros países latinoamericanos. 

“Conscientes de las dificultades por las que está pasando el sector artesanía: falta de instancias de venta, difícil acceso a la materia prima y el aislamiento en general; nos pusimos en la tarea de repensar el Festival de la Lana para fortalecer la comunidad, revitalizar nuestras redes, colaborar en la comercialización, celebrar que estamos vivos y contamos con nuestro oficio, explica Andrea Borrero, directora y fundadora del festival.

Terapia tejida

Más allá del valor patrimonial de lo textil, queremos destacar los beneficios terapéuticos de tejer y elaborar artículos de manera manual. 

Científicamente se sabe que al tejer se experimenta un estado de relajación porque se reducen las hormonas del estrés y la presión sanguínea, al mismo tiempo que aumenta el nivel de endorfinas y dopamina, el neurotransmisor que libera el cerebro cuando realizamos una actividad agradable.

Todo esto mejora el estado de ánimo y mantiene el cerebro y las manos muy ágiles.

Un estudio con 2000 personas mayores de 65 años demostró que tejer disminuye la demencia. Igualmente, otra investigación pionera, realizada por la fisioterapeuta Betsan Corkhill concluyó que tejer genera efectos relajantes y baja el estrés y que, aplicado como terapia de una manera determinada por un profesional, ayuda a dejar de fumar y tratar dolencias como la depresión o el cáncer.

Los expertos señalan que se debe tomar un descanso cada día para reducir los niveles de estrés. Cuando los niveles de estrés disminuyen, el sistema de curación natural de nuestro cuerpo funciona con enormes beneficios para todos los aspectos de la salud y bienestar. Tejer se considera una pausa saludable. Nos permite parar y solo ser, ya sea en nuestra propia compañía o mientras tejemos juntos con otros. Tejer con otras personas aporta beneficios adicionales: amistad y aprendizaje y risas.

Muchas de los participantes en el festival partieron tejiendo como terapia y lo convirtieron en su oficio. Hoy las podemos encontrar y visitar en el gran mercado textil.

La gran feria artesanal 

La novedad de este año de El festival de la Lana es el gran mercado textil. Allí se puede encontrar una gran variedad de prendas elaboradas a mano, con técnicas ancestrales y fibras nobles o hebras recicladas. 

“Es requisito para participar elaborar productos solo con materias primas naturales o recicladas, hechas a mano y bajo las normas del comercio justo”, señala Ana Lagos, directora del evento.

La feria online, que permanecerá abierta hasta octubre de 2022, reúne a más de 50 artesanos, artistas textiles, diseñadores chilenos y extranjeros que comercializan directamente sus productos, tal como se da en una feria costumbrista. 

Para lograrlo ha sido necesario capacitar a los artesanos, muchos de ellos aprendieron recién a manipular sistemas digitales. La Fundación Artesanías de Chile, es la institución que les entregó herramientas para elaborar sus fotos, embalar y desempeñarse en el comercio digital. 

Si quieres saber más entra a www.festivaldelalana.cl

Talleres y charlas son entre el 4 al 23 de octubre, el mercado permanecerá abierto durante un año.