Vitrina

Inteligencia artificial para detectar envejecimiento prematuro

La edad del paciente, detectada mediante un electrocardiograma con inteligencia artificial, se relaciona con su supervivencia,  por lo que esta herramienta debería aplicarse a la práctica clínica.

Un reciente estudio de Clínica Mayo, en Estados Unidos, permite detectar a través de un electrocardiograma (ECG),  mediado por  inteligencia artificial, el envejecimiento acelerado de los pacientes.

El modelo de inteligencia artificial pronosticó con exactitud la edad de la mayoría de los sujetos, con una diferencia promedio de 0,88 años entre la edad del ECG y la real. Sin embargo, varios sujetos mostraron una diferencia más grande y en el ECG, dieron la impresión de ser bastante mayores o menores.

La probabilidad de morir durante el seguimiento fue mucho mayor entre quienes daban la impresión de tener más edad en el ECG, comparado con quienes mostraban una edad similar entre el ECG y los años cumplidos o edad cronológica.

La relación fue todavía más fuerte en cuanto a predecir la muerte a consecuencia de una enfermedad cardíaca. Por el contrario, quienes tenían menor diferencia de edad, o sea que el ECG los consideraba más jóvenes, corrían menos riesgo.

El doctor Francisco López Jiménez, director de la División de Cardiología Preventiva en Clínica Mayo y autor del estudio,  explica que los resultados validan y amplían las observaciones anteriores respecto a que aplicar la inteligencia artificial para obtener la edad en el ECG puede detectar un envejecimiento acelerado.

«Quienes son mayores de lo esperado en este examen mueren antes, especialmente a consecuencia de enfermedades cardíacas. Se sabe que la tasa de mortalidad es una de las mejores maneras de medir la edad biológica y nuestro modelo así lo comprueba», recalca.

 Cuando los investigadores ajustaron datos a fin de considerar varios factores estándar de riesgo, la relación entre la diferencia de edad y la mortalidad cardiovascular fue aún más pronunciada. Los sujetos que en el ECG parecían ser mayores que su edad real tenían el riesgo más alto, incluso después de tomar en cuenta enfermedades que pronosticarían su supervivencia, mientras que quienes parecían ser menores que su edad real tenían el riesgo cardiovascular más bajo.

«Los resultados ponen al descubierto varias oportunidades para identificar a las personas que más podrían beneficiarse con las estrategias preventivas. Ahora, que el concepto comprobó que la edad del ECG se relaciona con la supervivencia, es momento de pensar en cómo incorporar esto en la práctica clínica», plantea el doctor López Jiménez.