Dormir menos de siete horas diarias provocaría aturdimiento, vista cansada y problemas de memoria.

Una investigación realizada por el Instituto de Investigación Social (IPSOS) en colaboración con la Sociedad Española del Sueño (SES) determinó que dormir menos de siete horas diarias de manera recurrente afecta la calidad de vida y promueve la aparición de enfermedades.

Muchas personas intentan recuperar ese sueño perdido durmiendo más horas el fin de semana. Pero los expertos consideran que no se puede compensar de esa manera. De hecho, tras varios días con horas de sueño por debajo de lo necesario, el estado de ánimo se puede ver alterado, generando un sentimiento de malestar y tristeza que puede permanecer pese a dormir un día tres o cuatro horas más de lo habitual.

En el artículo de Mónica De Haro, publicado en Yahoo News, también se revela que lo de acostumbrarse a dormir menos es un mito. En los experimentos realizados para medir las consecuencias de dormir unas horas menos cada noche, los sujetos no se adaptaban a la pérdida de sueño, sino que acumulaban deterioro físico.

Entre las consecuencias que el dormir poco produce, destaca el cansancio y una excesiva somnolencia durante el día o la necesidad de alargar las siestas. También puede ser habitual la fatiga o el dolor muscular.

Entre los estudios que explican que la falta de sueño no se recupera en el fin de semana destaca un trabajo elaborado por Universidad de Granada (UGR)-Grupo Lo Mónaco que asegura que la “deuda de sueño” no sólo no se recupera, sino que conlleva una factura psicológica, con problemas en la concentración y la memoria y una mayor tendencia a la tristeza y ansiedad.

La fatiga, desorientación e irritabilidad por las mañanas, son algunas consecuencias de la falta de sueño. A largo plazo es aún peor. Más grasa corporal, aumento de peso, resistencia a la insulina, diabetes, enfermedades cardiovasculares, estrés, trastornos del apetito, falta de concentración y de memoria, peor esperanza de vida y peor sexo.

Sin embargo, las consecuencias que tiene la falta de sueño pueden no recuperarse automáticamente al dormir más. Es decir, que si has pasado una mala semana y necesitas acabar con la deuda de sueño durante el fin de semana, no lo conseguirás totalmente, aunque es posible que sí que recuperes parte.

Los expertos indican que si se duerme mal un día, bastará con recuperar a la noche siguiente, ya que la pérdida de sueño puntual no causa un daño importante, pero no se debería acumular demasiadas jornadas durmiendo poco.

Por otro lado, aumentar las horas de sueño el fin de semana puede ser un arma de doble filo. Aunque genere una sensación de descanso, puede generar dificultades a la hora de conciliar el sueño la siguiente noche, magnificando así los efectos nocivos.

Además, un descanso insuficiente prolongado en el tiempo afecta al ritmo circadiano (reloj interno) y, en consecuencia, la producción de hormonas. Esto impediría un buen funcionamiento del organismo y el desajuste hormonal puede traducirse en un aumento de peso.

La solución es dormir un poco más cada día, dando al cuerpo la oportunidad de recuperarse y retomar el ritmo natural de sueño y vigilia.

Según el doctor Lawrence J. Epstein, del Centro de Salud para el Sueño de Harvard, no es suficiente con los fines de semana para llegar a saldar una deuda de sueño, sino habría que recuperarlo siempre que sea posible: el fin de semana, durante la semana, y a largo plazo, tomándose unas vacaciones en las que sea posible dormir mucho.

 Para lograr dormir bien se aconseja:

-No mirar la pantalla del celular al menos una hora antes de ir a la cama.

-Despertar y acostarse todos los días a la misma hora.  

-Tomar una ducha antes de ir a la cama. Bajar la temperatura del cuerpo envía al cerebro el mensaje de que es hora de dormir.

-Si se duerme siesta durante el día, no más de 20 minutos.