La inflamación es parte del proceso de defensa natural del cuerpo diseñado para proteger contra infecciones, toxinas y traumas, y para reparar cualquier daño que pueda ocurrir. La respuesta inflamatoria activa una serie de reacciones inmunitarias que eliminan los gérmenes y reparan las células lesionadas.
Pero los científicos también han observado que se puede producir una forma de inflamación a nivel generalizado en todo el cuerpo. Este estado constante de inflamación de baja intensidad pierde su propósito inicial de inducir la curación y, en cambio, conduce a un aumento del daño celular y tisular. Se convierte en una fuente de irritación crónica para los tejidos del cuerpo y, eventualmente, se convierte en un problema.
Al final del día, no siempre está claro por qué una persona desarrolla cáncer, mientras que otra tiene un ataque cardíaco o un derrame cerebral o desarrolla la enfermedad de Alzheimer. Pero parece que procesos inflamatorios similares contribuyen a estas enfermedades aparentemente muy diferentes.
Causas de inflamación crónica
Cada vez hay más evidencia que sugiere que la inflamación crónica está relacionada con múltiples factores que rodean nuestros hábitos diarios. Estos factores incluyen:
- Inactividad física: Las proteínas liberadas al torrente sanguíneo por los músculos esqueléticos durante la actividad física ayudan a reducir la inflamación. Por otro lado, los músculos inactivos llevan a un aumento de las moléculas pro-inflamatorias.
- Dieta poco saludable: Una dieta baja en frutas, verduras y granos enteros y alta en sodio, alcohol, grasas trans y alimentos ultraprocesados puede llevar a una inflamación de bajo grado.
- Obesidad: El exceso de grasa abdominal (tejido adiposo visceral) resulta en una proliferación de moléculas y sustancias proinflamatorias en nuestro cuerpo.
- Estrés y trastornos del sueño: La falta prolongada de sueño de calidad y períodos extendidos de estrés pueden llevar a un aumento crónico de la inflamación.
- Contaminantes ambientales e industriales: En la sociedad moderna, nuestra exposición a contaminantes atmosféricos, desechos peligrosos y productos químicos industriales ha aumentado exponencialmente. Varios productos químicos comunes están relacionados con procesos inflamatorios en el cuerpo.
Buenas noticias
Podemos modificar muchos de los factores que contribuyen a la inflamación crónica, como el sueño, el estrés, la actividad física y la dieta, para minimizar sus efectos en nuestro cuerpo. Al hacerlo, también reducimos nuestro riesgo de desarrollar enfermedades crónicas graves y aumentamos nuestra esperanza de vida en buen estado de salud, sin estas enfermedades.