Reportaje

Factores de riesgo para el síndrome de COVID prolongado en adultos

Los investigadores encuestaron a más de 3.000 adultos mayores de 18 años que recibieron tratamiento a través de las clínicas virtuales de COVID-19 de Clínica Mayo en Florida, Arizona y Minnesota entre marzo de 2020 y marzo de 2021. Revisaron los síntomas de los pacientes, la incidencia de COVID de larga duración en el grupo y cuántos fueron hospitalizados debido a COVID-19. También se les pidió a los pacientes que evaluaran la gravedad de sus síntomas, si recibieron un diagnóstico de COVID de larga duración, cuánto tiempo les tomó retomar sus actividades habituales y cuánto tiempo faltaron en el trabajo.

«Descubrimos que los pacientes con síntomas graves de COVID-19 tenían más probabilidades de experimentar COVID de larga duración que aquellos que tenían síntomas leves», dice Bala Munipalli, internista de Clínica Mayo en Florida y coautor principal del estudio. «La mayoría de ellos eran mujeres que habían sido hospitalizadas, sufrían impactos psicológicos como ansiedad y depresión debido a COVID-19, y les llevaba más de un mes regresar a sus actividades normales después de la enfermedad».

«La incapacidad de retomar actividades normales en el plazo de un mes después de tener COVID-19 agudo puede ser un factor predictivo para el COVID de larga duración. A medida que continuamos estudiando esta enfermedad, esperamos obtener una mejor comprensión de quiénes son susceptibles a ella, los síntomas que persisten y cómo manejar mejor a estos pacientes en las primeras etapas de su enfermedad», afirma el Dr. Munipalli. «Estudios adicionales pueden ayudar a guiar la estandarización de futuras herramientas de evaluación para evaluar el deterioro y también proporcionar información valiosa para empleadores, educadores, responsables de políticas y pacientes.»

Los investigadores señalan que se necesita un enfoque multidisciplinario para el COVID prolongado y que el personal médico debe reconocer los síntomas clave, obtener una historia clínica detallada y realizar un examen físico minucioso, prestando especial atención a las condiciones médicas comórbidas en pacientes con síntomas persistentes.

La edad promedio de los encuestados en el estudio fue de 54 años y la mayoría eran mujeres, incluyendo al 57% de los pacientes encuestados que reportaron síntomas graves; 60% con síntomas leves; y 65% con síntomas moderados. La mayoría de los pacientes (92%) con síntomas leves pudieron retomar sus horarios habituales dentro de las cuatro semanas posteriores a la infección por COVID-19, pero el 23% de estos pacientes con una infección aguda leve desarrollaron COVID de larga duración. Significativamente más pacientes (37.4%) con síntomas graves fueron hospitalizados en comparación con aquellos con síntomas leves (0.9%) o moderados (4.8%). Los pacientes hospitalizados también informaron tener síntomas persistentes de COVID de larga duración (67%), necesitando un mes o más para retomar sus actividades habituales, faltando al trabajo durante al menos tres semanas y experimentando efectos psicológicos negativos.

La mayoría de los encuestados en el estudio reportaron síntomas de COVID de larga duración que duraron de tres a seis meses, con la gravedad de esos síntomas variando. Los síntomas más comunes en el grupo de estudio fueron fatiga, pérdida del sentido del olfato, alteración del gusto, dificultad para respirar y problemas de sueño.