Estar expuestos de manera temprana a ciertas bacterias y microorganismos ayuda a que el sistema inmune genere anticuerpos.  

En invierno, una de las preocupaciones de las familias es mantener fuerte el sistema inmunológico de los niños, para protegerlos de agentes externos como virus, hongos y bacterias, que puedan alterar su salud.

El pediatra de Clínica Indisa, Víctor Monreal, comenta que las defensas son parte del sistema inmune de todos los seres humanos y se van fortaleciendo a medida que se  crece y se expone a distintos factores, como las vacunas, la interacción con otras personas y el ambiente.  

No obstante, existen ciertos síntomas que permiten apreciar  si las defensas de un niño están bajas.

   -Cuando se enferma de patologías infecciosas de manera recurrente.

-Irregularidades, de tipo absceso, que sean recurrentes en la piel.

-Frecuente aparición de enfermedades respiratorias.

-Crecimiento o aumento de peso menor al esperado por edad/crecimiento.

-Cuando el tratamiento de antibiótico no es suficiente.

 “No se recomienda dar medicamentos que no son recetados por el médico de cabecera. Por ejemplo, los antibióticos administrados de manera innecesaria e indiscriminada pueden producir resistencia a sus componentes y luego los niños se hacen resistentes a su efecto cuando son realmente necesarios”, advierte el profesional.

Para aumentar las defensas de los pequeños, el especialista confirma que “estar expuestos de manera temprana a ciertas bacterias y microorganismos ayuda a que su sistema inmune genere anticuerpos. Esto significa que, a largo plazo, aquellos que interactuaron con un ecosistema más variado serán menos propensos a padecer enfermedades comunes, como un resfrío o alergias”.

Entre las recomendaciones del doctor Monreal se encuentran:

-Mantener las vacunas al día: cuando se administran las vacunas se expone al cuerpo, de forma atenuada, a virus o bacterias. Al ser de manera contenida, el organismo es capaz de ir generando anticuerpos contra la enfermedad. Es por esto que a los niños, desde que nacen, se les programa un calendario de vacunas. Este es necesario para que tengan sus defensas preparadas ante enfermedades que pueden ser mortales.

-Alimentación balanceada y fresca: Consumir verduras y frutas ayuda a que el niño reciba todos las vitaminas y minerales que requiere para el desarrollo integral de su cuerpo.Si el pequeño es menor de seis meses, se recomienda que siga con lactancia materna exclusiva. Esto se debe a que es el alimento que está hecho para subir sus defensas y mantenerlo protegido.Si es mayor de seis meses y se está con una alimentación mixta, hay que ir probando con frutas, verduras, cereales y lácteos, además de carnes que ayuden a una nutrición completa y sana.

-Cuidados de higiene: Cuando se tiene a un niño muy pequeño en casa, que está gateando y conociendo el mundo, no es posible controlar todo lo que toca y se mete a la boca. Pero sí es bueno que el menor interactúe con el ambiente, por lo que se debe lavar las manos al bebé; mantener los juguetes y áreas comunes limpias; no exponerlo a personas con resfriados y enfermedades contagiosas graves, y que el menor no esté en contacto con humo de cigarro o tabaco.