Cambios en el estilo de vida y controles médicos oportunos reducirían los riesgos y mejorarían significativamente el pronóstico.
El cáncer gástrico continúa siendo una de las principales causas de muerte por tumores en Chile, con una alta incidencia y una preocupante tasa de supervivencia. Sin embargo, con cambios en el estilo de vida y controles médicos oportunos, esta patología podría prevenirse o tratarse con buenos resultados.
«La detección temprana del cáncer gástrico, en estado incipiente, tanto en Chile como en Japón, tiene una tasa de supervivencia sobre el 95%», sostiene el doctor Mauricio González, gastroenterólogo de Cordillera Interclínica.
En Chile, las tasas de supervivencia son bajas, porque se detecta en estados avanzados. Según la Sociedad Chilena de Gastroenterología, este cáncer podría tener una tasa de apenas un 10%, cuando no es descubierto a tiempo.
Se estima que son varios los factores que conforman este panorama local, entre los que se cuentan hábitos alimentarios tradicionales ricos en sal, poco consumo de frutas y verduras frescas, una prevalencia alta de Helicobacter pylori no tratada y falta de chequeos preventivos.
El cáncer gástrico puede avanzar de manera silenciosa durante años. Por eso es fundamental que las personas estén alertas a señales más sutiles. «Muchos pacientes llegan a la consulta cuando ya hay síntomas intensos como pérdida de peso, vómitos o dolor persistente, lo que suele corresponder a etapas avanzadas de la enfermedad», advierte el doctor González.
En este sentido, es clave identificar y consultar ante síntomas menos alarmantes, como molestias gástricas recurrentes, sensación de saciedad temprana, acidez frecuente o anemia sin causa aparente. Estos signos no deben tomarse a la ligera y es necesario evaluarlos, para poder hacer una pesquisa temprana y tener un mejor pronóstico.
Uno de los principales factores de riesgo es la infección por Helicobacter pylori, una bacteria común en la población chilena que, si no se trata, puede dañar progresivamente la mucosa gástrica y generar condiciones propicias para el desarrollo del cáncer.
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer de estómago, adoptar hábitos saludables puede reducir significativamente el riesgo de padecerlo. «Una alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras frescas y baja en alimentos procesados, salados y ahumados, es fundamental», señala el doctor Johan Cardoza Ramos, médico general con formación en gastroenterología de Los Leones Interclínica.
Añade que también es importante evitar el tabaco y el alcohol, mantener un peso saludable y realizar actividad física regularmente.
En tanto, quienes presentan factores de riesgo, como antecedentes familiares o síntomas persistentes, el examen más efectivo para una detección temprana es la endoscopía digestiva alta.
«En etapas iniciales, el cáncer gástrico es perfectamente tratable. El problema es que la mayoría de los casos se detecta tarde, cuando el tratamiento es mucho más complejo y las posibilidades de supervivencia disminuyen. La diferencia entre un diagnóstico precoz y uno avanzado puede ser, literalmente, la vida», resalta el doctor Cardoza.