Estar bien

Cómo abordar el estrés de fin de año

Organizar adecuadamente los horarios, aprender a decir que no y   crear una rutina de actividad física ayudan a disminuir la tensión física y emocional.

Diciembre puede ser un mes agobiante. Compromisos sociales, fiestas de fin de año, Navidad, Año Nuevo y mayor carga laboral por el cierre del año.  Todo influye en que cueste más levantarse por la mañana, aumente la sensación de agotamiento y se hagan más frecuentes los dolores de cabeza.

Josefina Guzmán, jefa de la Unidad Emocional de Clínica Indisa, recomienda empezar por desactivar los umbrales de alerta respecto a deberes o temas pendientes. Son útiles las terapias alternativas o la actividad física que permiten la liberación y regulación hormonal, cardiovascular y cerebral.

El estrés en sí mismo no es algo negativo. «Una cantidad adecuada puede ser incluso necesaria para activarnos y motivarnos al logro de ciertas metas u objetivos», explica la especialista, aclarando que éste se define como toda situación que afecta los hábitos o rutina acostumbrada de las personas.

De hecho, todos los días se está expuesto a cierto nivel de estrés. «Puede ser desde una congestión vehicular hasta una mayor carga de trabajo, lo que produce que haya una mayor activación de los sistemas nervioso, inmunológico, neurológico, entre otros. El fin de año tiene asociados varios eventos que nunca se sabe cómo pueden salir y por eso surge estrés», señala  Guzmán.

Los principales síntomas son:

-Dolor de cabeza

-Tensión o dolor muscular

-Malestar en el pecho 

-Cansancio

-Cambio en el deseo sexual

-Malestar estomacal: diarrea o estreñimiento

-Problemas de sueño  

Se puede aprender a controlar el estrés, adquiriendo hábitos que contribuyen a enfrentarlo de mejor manera.

La especialista aconseja:

-Organizar adecuadamente los horarios, siendo realistas en el tiempo que toma cada actividad, incluyendo descanso, comidas y traslados

-Aprender a decir que no  

-Bajar el nivel de exigencia de cara a las fiestas y tener expectativas realistas

-Ser optimista y tener buena actitud

-Tener una rutina de actividad física y ojalá hacer vida al aire libre

-Mantener una dieta balanceada, rica en frutas y verduras, ya que una buena alimentación ayuda a lograr una mayor concentración.

-Consultar con un especialista, sobre todo cuando se trata de un estrés agudo esporádico o de uno crónico