Opinión

Parir y criar en pandemia

Por Leire Fernández Cubillas, sicóloga y master en intervenciones sicológicas, desarrollo y educación.

¿Sabías que entre el 20 y 30 por ciento de las mujeres experimenta un trastorno mental durante el embarazo o en el periodo de posparto? 

El periodo perinatal, que comprende la etapa gestacional y las semanas que siguen al parto, es especialmente vulnerable en lo que a salud mental se refiere. Se ha reportado que entre 13 y 21 por ciento de mujeres en el periodo prenatal y el 11 a 17 por ciento en el posparto presentan ansiedad o depresión.

Además del riesgo para la madre, estos trastornos conllevan consecuencias negativas para el bebé y su desarrollo, así como para el vínculo entre madre-hijo a corto, mediano y largo plazo.

Algunos estudios han descubierto que la pandemia actual representa una probabilidad aún mayor de presentar ansiedad y depresión. Esto no es sorprendente, si consideramos que a las modificaciones en los protocolos de atención sanitaria (mayor intervención médica, separaciones madre-guagua al nacer) se suman los temores al contagio, estrés, soledad, temor, sobrecarga e incertidumbre, que han caracterizado esta crisis sanitaria.

La adecuada detección de estas dificultades o trastornos, así como una acertada intervención requieren de profesionales formados y con experiencia en salud mental perinatal, desarrollo y salud mental infantil. Ello permite que se incluyan todas las variables necesarias para proteger y apoyar tanto a las madres como a los recién nacidos.

Apoyo grupal

Si bien se trata de un periodo de mayor sensibilidad en salud y bienestar emocional, se han identificado dificultades por parte de las mujeres a la hora de pedir ayuda y acceder al tratamiento adecuado. Algunas de las razones por las cuales no se detecta ni se interviene en esta población parece ser la escasa información sobre los trastornos mentales perinatales, el desconocimiento sobre a quién solicitar ayuda o experiencias negativas con profesionales, entre otras.  

En este contexto, una intervención temprana es crucial. Existe evidencia de la eficacia de formatos grupales, que resultan más económicos, cuyas sesiones pueden reducir la sintomatología clínica de las mujeres en el periodo perinatal, además de proporcionar experiencias de bienestar y cuidado. El espacio de grupo proporciona sensación de pertenencia y apoyo social, aspectos que se han visto sumamente interferidos con la pandemia.

En el embarazo, hay investigaciones que han reportado una disminución de los síntomas de depresión tras la participación en grupos de educación parental. En el periodo posnatal, se ha estudiado que la técnica del masaje infantil, que puede realizarse de manera tanto individual como en grupo,  favorece la mejora del apego con el bebé, la sensibilidad de la madre, sueño del hijo/a y reducción de síntomas depresivos de la mujer, así como del llanto infantil. En niños prematuros, específicamente, ha sido reportado un significativo y rápido aumento de peso, así como mayores niveles de alerta y organización en los movimientos de los niñ@s tras intervenciones de masaje.

También se cuenta con evidencia del impacto positivo de los grupos de padres y madres en la crianza. Se han encontrado mayores niveles de auto-eficacia y bienestar parental y una disminución de sintomatología depresiva. Los grupos de apoyo entre pares, que se caracterizan porque los propios participantes son una fuente de contención y retroalimentación para sus compañer@s.