Opinión

La menstruación no debe ser dolorosa

Por Guillermo Durruty Velasco, ginecólogo especialista en medicina reproductiva y endometriosis de Clínica Alemana de Santiago.

El período menstrual puede traer malestar, pero que sea invalidante es anormal. Además, es posible que esconda otros trastornos como la endometriosis que podría terminar en infertilidad.

Francisca tuvo su primera regla como la mayoría de las mujeres, a la edad de 12 años y después de un tiempo, los calambres, dolores menstruales, previos y durante su periodo se volvieron insoportables; tanto que cada vez que iba a la enfermería de su escuela ya sabían el por qué de su visita y le decían: “apuesto a que ya estás a días de tener la regla. Llamamos a tu mamá para que te venga a buscar”. Y así era todos los meses y muchas veces no sólo faltaba al colegio, sino que terminaba en el hospital con calmantes endovenosos.

El dolor fue cada vez peor; al punto que literalmente la inhabilitaba un par de días al mes para hacer una vida normal, tanto que, en esos días, no podía caminar, ni sostenerse en pie.

Comenzó a faltar al colegio, y al dolor se le agregó fatiga, sangrado abundante, náuseas y vómitos, incluso diarrea por lo general uno o dos días antes y durante su período, Se le recetaron anticonceptivos que le mitigaron parcialmente las molestias. Con los años, y por la persistencia del dolor, decidió consultar nuevamente un ginecólogo. Se le realizo una ecografía que mostró quistes densos en los ovarios, lo que sumado al dolor hizo pensar en una endometriosis y decidió una cirugía

En la cirugía, que fue hecha por laparotomía (cicatriz como una cesárea), se comprobó que era una endometriosis severa; y decidió a sacar un ovario junto a una trompa y sacar solo el quiste del otro, dejando solo una “parte” del ovario.

La endometriosis es una enfermedad común, crónica, agresiva y silenciosa que afecta la calidad de vida de las mujeres y que, según la Organización Mundial de la Salud, está presente en el 10% de la población femenina. Suele diagnosticarse entre los 25 y los 35 años, aunque comienza a desarrollarse con el inicio de la menstruación regular y es responsable de un alto porcentaje de ausencias escolares y laborales como lo fue el caso de Francisca.

Una enemiga invalidante

Esta enfermedad que se caracteriza por lesiones endometriales, inflamatorias internas que responde a los cambios hormonales del ciclo menstrual y que cicatriza produciendo gran daño interno. Tiene diferentes niveles de gravedad, y puede invadir los tejidos pélvicos en forma profunda y comprometiendo órganos vecinos como recto y vejiga.

Los síntomas incluyen dolor antes, pero principalmente durante la menstruación, evacuaciones intestinales dolorosas, dolor al orinar y diarrea durante la regla. Alrededor de un tercio de las pacientes con endometriosis son infértiles, y más de la mitad experimentan dolor durante las relaciones sexuales. Algunas pacientes con endometriosis tienen dolor todo el tiempo, no solo alrededor de su período; la condición se cree que explica hasta el 90% de los casos de dolor pélvico crónico en las mujeres que las limita para la actividad física.

Cambio de vida

 Francisca entró a la universidad, y luego de casarse se fue a hacer un postgrado fuera de Chile por lo que decidió postergar su maternidad. Una vez que quisieron hacerlo no lo lograban y comenzó a ser un verdadero calvario emocional por la “pérdida del derecho natural a ser madre” y por los problemas de pareja que le traía el dolor en las relaciones sexuales. 

Cuando me consultó, tenía 35 años y varios de ellos pasando por variados especialistas. Al examinarla, su endometriosis se había vuelto severa y al estudiarle la reserva ovárica resultó que casi no le quedaban óvulos…

En conjunto con la pareja, hicimos una estrategia que combinó el éxito reproductivo con la mejoría en la calidad de vida, ya que los dolores la tenían al borde de la depresión 

La operamos, esta vez por vía laparoscópica con el fin de resecar la endometriosis profunda que se encontraba comprometiendo útero, recto y vagina. Fue una cirugía difícil y laboriosa, pero muy exitosa. En las consultas posteriores ella describiría su alivio del dolor como: “me cambió la vida”.

El procedimiento por laparoscopía es una técnica mínimamente invasiva que permiten un postoperatorio corto, menos doloroso y con alta hospitalaria más rápida. El problema es que por la dificultad de la cirugía y de la técnica, debe ser realizada por cirujanos altamente entrenados.

Francisca logró embarazarse con tratamientos de fertilidad simples. Y aunque su primera fertilización in vitro falló, pues casi no tenía óvulos propios,  finalmente, logramos el embarazo con una fertilización in vitro con ovodonación (óvulos donados) y así pudo tener un hijo por parto natural que pesó 3.500 k.

Toda esta peregrinación y sufrimiento pudo haber sido algo menor si hubiese preguntado a tiempo con el especialista correcto. Para eso tendría que haber superado varios problemas, principalmente el de la idiosincrasia que asume que en una niña los dolores de la menstruación “son normales y que cuando tenga hijos se va a pasar” y luego acceder a médicos con experiencia en el tema.

Es normal que el período duela, pero totalmente anormal que sea invalidante. En estos casos se debe consulta al ginecólogo puesto que no solo está en juego tener una buena calidad de vida, sino también el ser madre. A nivel mundial se tardan siete años en diagnosticar la condición desde que comienzan los síntomas hasta el diagnóstico

Se piensa que casi la mitad de las mujeres que padecen endometriosis tienen dificultades para concebir, ya sea porque su anatomía interna está muy dañada o porque la enfermedad puede afectar a los ovarios reduciendo la cantidad y la calidad de los óvulos.

Por eso, mi recomendación es que las mujeres con esta enfermedad, que es crónica y progresiva, desarrollen junto a su doctor estrategias respecto al manejo del dolor y a la fertilidad futura. 

Luego de la cirugía, será importante que la paciente se mantenga con anticonceptivos con el fin de retrasar el avance de la enfermedad y disminuir la reaparición de los síntomas. Y desde el punto de vista reproductivo, comprender que es una carrera contra el tiempo y que para ellas es más breve. Por lo tanto, mientras más jóvenes lo intenten mayores serán sus posibilidades. Si por diferentes razones, desde la soltería hasta desarrollo profesional, deciden postergar la maternidad para después de los 30-35, entonces deberían evaluar la congelación de óvulos antes que la enfermedad los ataque y elimine completamente.