Crónica

Nueva terapia para regenerar la piel

A través del láser se puede desencadenar el poder regenerativo de la piel quemada e intentar mejorar la apariencia y la funcionalidad. Un tratamiento que se está aplicando ya en EE.UU.

Después de sufrir un accidente devastador, Clara (nombre ficticio) resultó con más del 8 % del cuerpo quemado, incluida la cara y los brazos. Tras múltiples tratamientos, las cicatrices comenzaron a acumularse; los injertos de piel se contrajeron y la capacidad de Clara para estirar el brazo y mover el cuello se vio restringida. La norma médica, en un caso como este, es proseguir con más cirugías para ubicar expansores tisulares en la piel, pero la idea de volver al quirófano era algo que Clara no deseaba. Fue entonces cuando la dermatóloga de Clínica Mayo de Arizona, Elika Hoss, le ofreció un procedimiento menos invasivo que implicaba llevar a cabo dos tipos de tratamiento con láser.

En los procedimientos estéticos, a menudo, se han usado tratamientos con láser, pero ahora sirven como terapia para reparar afecciones debilitantes de la piel, como las cicatrices que dejan las quemaduras. Los estudios han demostrado que el láser mejora el tejido de la cicatriz porque normaliza el colágeno y equilibra los factores vitales de crecimiento que son necesarios para el proceso de recuperación

“La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y su potencial regenerativo es increíble. A través de los tratamientos con láser para las cicatrices, se intenta restablecer la piel al estado previo a las lesiones y darle una apariencia menos desfigurada, más suave y flexible. Intentamos hacer que la piel adquiera  textura, grosor y color normales”, comenta Elika Hoss. 

Más colágeno

El procedimiento incluye un láser decolorante pulsado. Este consiste en un rayo de luz amarilla que disminuye el enrojecimiento de las cicatrices y mejora su textura gracias a que modula al sistema inmunitario y a los vasos sanguíneos. También se utilizó un rejuvenecimiento ablativo fraccional con un láser de dióxido de carbono que descarga microrrayos de energía para vaporizar y crear hoyos diminutos en la piel. Esto estimula al organismo a producir colágeno nuevo y más sano, lo cual incita la recuperación. El procedimiento puede reparar el tejido cicatricial y llevar a que la textura y el grosor sean más normales. El láser también ayuda con la flexibilidad de las cicatrices y la tensión de los tejidos. Además, este procedimiento sirve para aplicar antiinflamatorios de forma tópica a fin de que penetren profundamente en la piel y ayuden con la recuperación, mediante un procedimiento llamado administración farmacológica asistida por láser.  

Gracias a estos tratamientos con láser, la capacidad de Clara para estirar el brazo y mover el cuello mejoró un 50 %.

“Estos procedimientos restablecen considerablemente la salud de la piel y la apariencia del tejido con cicatrices. Otro beneficio es que estos tratamientos también reducen el dolor y la comezón, además de minimizar la necesidad de analgésicos”, agrega la dermatóloga.

Los efectos del tratamiento con láser sobre la recuperación pueden tardar hasta seis meses para notarse y, aunque el rejuvenecimiento con láser posiblemente no elimine la necesidad de una cirugía, sí restablece lo suficiente los tejidos para que solo se requiera una cirugía delimitada o un tipo de intervención quirúrgica menos invasiva.